El mundo laboral ya no está confinado por fronteras físicas. Con el auge del trabajo a distancia y la globalización, las empresas crean cada vez más equipos con miembros repartidos por todo el mundo. Aunque esto ofrece muchas ventajas, dirigir estos equipos distribuidos presenta retos únicos.

En esta entrada de blog, exploraremos algunas ideas clave para crear un entorno de equipo global próspero

extraído del episodio uno de nuestra serie de seminarios web, Turbocharge Tomorrow: Leading From Afar, con el experto del sector Paul Clarke.

Centrarse en la simplicidad, no en la complejidad

“La complejidad mata la innovación”, afirma Clarke. Cuando se gestionan equipos dispersos geográficamente, es fácil atascarse en procesos y canales de comunicación complejos.

Simplifique los procedimientos y cree protocolos de comunicación claros. Esto garantiza que todo el mundo esté de acuerdo y pueda colaborar eficazmente, con independencia de su ubicación.

Construir los cimientos: Cultura y valores

Antes de escalar a escala mundial, Clarke subraya la importancia de establecer unos cimientos sólidos. Esto incluye una estrategia, una psicología y una cultura organizativas claramente definidas.

Los valores fundamentales deben estar bien definidos y ser vividos por todos los miembros del equipo directivo. Estos valores guiarán la toma de decisiones y marcarán el tono de toda la organización.

Seguridad psicológica: La piedra angular del éxito

La seguridad psicológica es primordial para los equipos de alto rendimiento. Como afirma Clarke, los miembros del equipo deben sentirse “seguros para asumir riesgos y compartir ideas sin temor a represalias”.

Los líderes deben fomentar un entorno en el que todos se sientan cómodos contribuyendo, independientemente de su ubicación o tipo de personalidad. Esto puede lograrse mediante la comunicación abierta, la escucha activa y la celebración de perspectivas diversas.

Liderar a distancia: El poder es la clave

Los estilos de liderazgo tradicionales de mando y control no se trasladan bien a los equipos distribuidos. Clarke sugiere un cambio hacia liderar con intención. Esto implica comunicar una visión clara, facultar a los equipos para tomar decisiones y confiar en ellos para ejecutar el plan.

La microgestión de equipos en distintos husos horarios es una receta para el desastre. Al proporcionar autonomía, los líderes capacitan a sus equipos para ser más productivos e innovadores.

Más allá del consenso: Toma de decisiones eficiente

Aunque aparentemente democrática, la toma de decisiones por consenso puede acabar con la productividad. Clarke recomienda facultar a los individuos para que tomen decisiones con una clara rendición de cuentas.

Para ello es necesario establecer un marco para la toma de decisiones, indicando quién tiene autoridad para tomar decisiones concretas. Este enfoque fomenta la apropiación y agiliza el proceso de toma de decisiones.

Crear un equipo global: Todo es cuestión de cultura

Construir una cultura empresarial sólida requiere tiempo e intencionalidad. Cuando contrate personal para un equipo global, vaya más allá de las aptitudes técnicas y evalúe si los candidatos encajan bien con los valores de la empresa. La incorporación no debe centrarse únicamente en la formación técnica, sino también en integrar a los nuevos empleados en la cultura de la empresa.

Al dar prioridad a una comunicación clara, generar confianza y fomentar la seguridad psicológica, los líderes pueden cultivar un entorno de equipo global próspero en el que todos se sientan valorados y capacitados para contribuir con su mejor trabajo.

Conclusión

Dirigir un equipo distribuido requiere un cambio de mentalidad y de enfoque. Siguiendo estos principios clave, podrá salvar las distancias y crear un equipo global de éxito que impulse la innovación y consiga resultados notables.

Esté atento a los próximos episodios de Turbocharge Tomorrow, donde descubrirá cómo los líderes de éxito equilibran la creación de organizaciones de alto rendimiento mientras navegan por las complejidades de la dinámica de equipo y la complicada toma de decisiones durante las fases de rápido crecimiento.